¿Internet puede fomentar desordenes psicológicos como pueden
ser la anorexia, bulimia, etc.?
Bajo mi punto de vista considero que tanto Internet como las nuevas tecnologías en general pueden terminar siendo una mala influencia para numerosos jóvenes y adolescentes. Hasta hace unos años el círculo social de los adolescentes se
circunscribía a la familia, colegio y amigos cercanos. Sin embargo, desde hace
más de una década, la llegada de Internet ha cambiado notablemente el panorama
social y relacional en el mundo entero.
Internet
ha supuesto un medio de información amplísimo y al alcance de cualquiera. Más
aún, las redes sociales recientemente creadas permiten mantener vías de
contacto a través de todo el mundo. Las ventajas del universo cibernético
esconden también serios riesgos, que cada día preocupan más a padres y
educadores. Es por ello que sería necesaria la prohibición de páginas web que
promulgan las ventajas de la delgadez, así como dificultar enormemente el hecho
de llegar a ellas a través de cualquier medio.
Las
páginas de este tipo son áreas de enlace, de comunicación entre personas que
padecen trastornos de la conducta alimentaria o que tienen un interés especial
en la pérdida de peso. Se caracterizan además por el sentimiento de
incomprensión por parte de su entorno familiar y social, que provoca
aislamiento progresivo en estos enfermos, para quienes como sabemos la
restricción alimentaria y la pérdida ponderal se convierten en su único
objetivo, dejando a un lado el resto de sus compromisos vitales.
En la etapa de inicio de la enfermedad,
estas páginas ofrecen métodos para perder peso de una forma rápida, lo que
puede ejercer influencia sobre adolescentes que busquen esa finalidad sin ser claramente
conscientes de los riesgos que supone.
Una vez que el trastorno de conducta
alimentaria se ha establecido, uno de los síntomas fundamentales es la
distorsión cognitiva y la escasa conciencia de enfermedad de los que la
padecen. Los pacientes tienden a aislarse de su
medio social por sentirse atacados e
incomprendidos y encuentran en estas páginas un lugar de apoyo y de
refuerzo a las conductas de restricción alimentaria que llevan a cabo.
La aparición de Internet abre nuevas vías
de comunicación y de información que, en ocasiones, no es la más adecuada ni
veraz. En el caso de las páginas pro anorexia y pro bulimia suponen un claro
factor de riesgo para el inicio de la enfermedad y más aún un factor mantenedor
capaz de ensombrecer gravemente el pronóstico.
Tras mi reflexión acerca de dicha cuestión, mi pregunta es: ¿Son verdaderamente efectivas las aulas TICs en los centros educativos de enseñanza primaria y secundaria? ¿O realmente no ofrecen las ventajas que deberían ofrecer?